17 citas de La guerra no tiene rostro de mujer (Svetlana Alexiévich)
1.-»Me dan pena los que leerán este libro, y los que no lo leerán también...»
2.-Los relatos de las mujeres son diferentes y hablan de otras cosas. La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio.
3.-Recordar es, sobre todo, un acto creativo.
4.-El sufrimiento justifica nuestra vida, dura y torpe.
5-La historia de la guerra ha sido reemplazada por la Historia de la Victoria.
6.-Nuestra vida, la vida de los viejos, resulta muy dura... No sufrimos por las pensiones, insuficientes y humillantes. Lo que nos hiere por encima de todo es que nos arrancaron de un gran pasado y nos echaron a un presente insoportablemente pequeño. Ya nadie nos invita a hacer ponencias en los colegios, en los museos, ya no nos necesitan.
7.-La aldea de mi infancia era femenina. De mujeres. No recuerdo voces masculinas. Lo tengo muy presente: la guerra la relatan las mujeres.
8.-Nos moríamos por la vida aún sin saber qué era la vida.
9.-Pero nosotras añorábamos, añorábamos muchísimo nuestras casas, a nuestras madres, la comodidad de una casa. Con nosotras estaba una chica de Moscú, Natasha Zhílina. La condecoraron con la Medalla al Valor y le dieron permiso para ir a casa unos días. Cuando regresó, la olfateábamos. Literalmente: hacíamos cola para olerla, decían que olía a casa
10.-Al principio nos escondíamos, ni siquiera enseñábamos nuestras condecoraciones. Los hombres se las ponían, las mujeres no. Los hombres eran los vencedores, los héroes; los novios habían hecho la guerra, pero a nosotras nos miraban con otros ojos. De un modo muy diferente... Nos arrebataron la Victoria, ¿sabes?
11.-La persona muere, pero no piensa, no puede creer, que se está muriendo
12.-“Mi madre decidió que era demasiado joven para casarme, pero que no lo era para una guerra...”.
13.-Antes de la guerra había muchos ruiseñores, dos años después de la guerra todavía seguían sin oírse; la tierra había sido revuelta, como quien dice, había salido a la superficie el estiércol de los antepasados. La naturaleza se había alterado.
14.-“La bala es tonta, el destino es ciego”
15.-«Se acabó la guerra. Me quedé sola, solita. Hacía de vaca, hacía de buey, hacía de mujer, hacía de hombre. ¡Ay de mi vida!..»
16.-Iba andando con mi hijo por la calle y por ambos lados yacían muertos. Yo iba contándole el cuento de la Caperucita Roja y a nuestro alrededor había cadáveres.
17.-Terminada una, nos tocó otra guerra. Igual de terrible.
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